Documenta Catholica Omnia
Non nobis, Domine, non nobis, sed nomini tuo da gloriam


Index Verborum:     terrible


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Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos a un Religioso para Alcanzar la Perfecion

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos copiados por Magdalena del Espiritu Santo

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos por la Madre Maria de Jesus

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos procedentes de Antequera

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Avisos recogidos por la edicion de Gerona

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico Espiritual A

§ 13.4

Ve el alma y gusta en esta divina unión abundancia y riquezas inestimables, y halla todo el descanso y recreación que ella desea, y entiende secretos e inteligencias de Dios extrañas, que es otro manjar de los que mejor le saben; y siente en Dios un terrible poder y fuerza que todo otro poder y fuerza priva, y gusta allí admirable suavidad y deleite de espíritu, halla verdadero sosiego y luz divina, y gusta altamente de la sabiduría de Dios, que en la armonía de las criaturas y hechos de Dios reluce; y siéntese llena de bienes y vacía y ajena de males, y, sobre todo, entiende y goza de una inestimable refección de amor, que la confirma en amor.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico espiritual B

§ 14.4

Ve el alma y gusta en esta divina unión abundancia, y, riquezas inestimables, y halla todo el descanso y recreación que ella desea, y entiende secretos e inteligencias de Dios extrañas, que es otro manjar de los que mejor le saben; y siente en Dios un terrible poder y fuerza que todo otro poder y fuerza priva, y gusta allí admirable suavidad y deleite de espíritu, halla verdadero sosiego y luz divina, y gusta altamente de la sabiduría de Dios, que en la armonía de las criaturas y hechos de Dios reluce; y siéntese llena de bienes y ajena y vacía de males, y, sobre todo, entiende y goza de inestimable refección de amor, que la confirma en amor.

§ 15.6

Y lo segundo, y que peor es, que cuando de esta manera no pueden, embisten en ella con tormentos y ruidos corporales para hacerla divertir; y, lo que es más malo, que la combaten con temores y horrores espirituales, a veces de terrible tormento.

§ 19.1

Porque no solamente en este estado consigue el alma muy alta pureza y hermosura, sino también terrible fortaleza por razón del estrecho y fuerte nudo que por medio de esta unión entre Dios y el alma se da.

§ 19.14

Porque a manera del sol, cuando de lleno embiste en la mar, esclarece hasta los profundos senos y cavernas y parecen las perlas y venas riquísimas de oros y otros minerales preciosos, etc., así este divino sol del Esposo, convirtiéndose a la Esposa, saca de manera a luz las riquezas del alma, que hasta los ángeles se maravillan de ella y digan aquello de los Cantares (6, 9), es a saber: ¿Quien es esta que procede como la mañana que se levanta, hermosa como la luna, escogida como el sol, terrible y ordenada como las haces de los ejércitos? En la cual iluminación, aunque es de tanta excelencia, no se le acrecienta nada a la tal alma, sino sólo sacarle a luz a que goce lo que antes tenía.

§ 28.11

Y porque no sólo admira la hermosura que ella tiene con la vestidura de estas flores, sino que también espanta la fortaleza y poder que con la compostura y orden de ellas, junto con la interposición de las esmeraldas que de innumerables dones divinos tiene, dice también de ella el Esposo en los dichos Cantares (6, 3): Terrible eres, ordenada como las haces de los reales.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cantico espiritual CA

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Cautelas

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Dichos de luz y amor

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Epistolario

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Grados de Perfecciòn

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    La Subida del Monte Carmelo

§ 1.1.3

Y la segunda noche o purificación pertenece a los ya aprovechados, al tiempo que Dios los quiere ya poner en el estado de la unión con Dios; y ésta es más oscura y tenebrosa y terrible purgación, según se dirá después.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Llama de Amor Viva A

§ 2.1.16

16. ¡Oh, pues, tú, toque delicado, Verbo Hijo de Dios, que por la delicadez de tu ser divino penetras sutilmente la sustancia de mi alma, y, tocándola toda delicadamente, la absorbes toda a ti en divinos modos de suavidades nunca oídas en la tierra de Canaán, ni vistas en Temán (Bar. 3, 22)! ¡Oh, pues, mucho y en grande manera mucho delicado toque del Verbo para mí, cuanto, habiendo transtornado los montes y quebrantado las piedras en el monte Horeb con la sobra de su poder y fuerza que iba adelante, te diste a sentir al profeta en silbo de aire delgado (3 Re. 19, 11­12)! ¡Oh aire delgado!; como eres aire delgado y delicado, di, ¿cómo tocas delgada y delicadamente, siendo tan terrible y poderoso?

§ 2.1.17

17. ¡Oh dichosa y mucho dichosa el alma a quien tocares delgadamente, siendo tan terrible y poderoso! Dilo al mundo, mas no lo digas al mundo, porque no sabe de aire delgado el mundo, y no te sentirá, porque no te puede recibir ni te puede ver (Jn. 14, 17), ¡Oh, Dios mío y vida mía!, sino aquellos te sentirán y verán en tu toque que se pusieren en delgado, con viniendo delgado con delgado; a quien tanto más delgadamente tocas, cuanto estando tú escondido en la ya adelgazada y pulida sustancia de su alma, enajenados ellos de toda criatura y de todo rastro de ella, los escondes a ellos en el escondrijo de tu rostro, que es tu divino Hijo, escondidos, de la conturbación de los hombres (Sal. 30, 21).

§ 4.1.10

En éstas el alma estancando, queda terrible como haces de ejércitos (Ct. 6, 3), y suavizada y agraciada en todas las suavidades y gracias de las criaturas.

§ 4.1.11

Pero será la duda: ¿cómo puede sufrir el alma tan fuerte comunicación en la carne, que en efecto no hay sujeto y fuerza en ella para sufrir tanto para no desfallecer? Pues que, de solamente de ver la reina Ester al rey Asuero en su trono con vestiduras reales y resplandeciendo el oro y perlas preciosas temió tanto de verle tan terrible en su aspecto que desfalleció como ella lo confiesa allí (Est. 15, 16), diciendo, que por el temor que le hizo su gran gloria, porque le pareció como un ángel y su rostro lleno de gracias, desfalleció; porque la gloria oprime al que la mira, cuando no glorifica.

§ 4.1.11

Pues, ¿cuánto más había el alma de desfallecer aquí, pues no es ángel el que echa de ver, sino Dios con su rostro lleno de gracias de todas las criaturas y de terrible poder y gloria y voz de multitud de excelencias? De la cual dice Job (26, 14) que, cuando oyéremos tan mala vez una partecita, ¿quién podrá sufrir la grandeza de su trueno?; y en otra parte (23, 6) dice: No quiero que entienda y trate conmigo con mucha fortaleza, porque por ventura no me oprima con el peso de su grandeza.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Llama de Amor Viva B

§ 0

17. ¡Oh, pues, tú, toque delicado, Verbo Hijo de Dios, que por la delicadez de tu ser divino penetras sutilmente la sustancia de mi alma, y, tocándola toda delicadamente, en ti la absorbes toda en divinos modos de deleites y suavidades nunca oídas en la tierra de Canaán, ni vistas en Temán! (Bar. 3, 22). ¡Oh, pues, mucho, y en grande manera mucho delicado toque del Verbo, para mí tanto más cuanto, habiendo trastornado los montes y quebrantado las piedras en el monte Horeb con la sombra de tu poder y fuerza que iba delante, te diste más suave y fuertemente a sentir al profeta en silbo de aire delgado! (3 Re. 19, 11­12). ¡Oh aire delgado!, como eres aire delgado y delicado, di: ¿cómo tocas delgada y delicadamente, Verbo, Hijo de Dios, siendo tan terrible y poderoso?

§ 0

¡Oh dichosa y mucho dichosa el alma a quien tocares delgada y delicadamente, siendo tan terrible y poderoso! Di esto al mundo; mas no lo quieras decir al mundo, porque no sabe de aire delgado y no te sentirá, porque no te puede recibir ni te puede ver (Jn. 14, 17); sino aquellos, ¡oh Dios mío y vida mía!, verán y sentirán tu toque delgado, que, enajenándose del mundo, se pusieren en delgado, conviniendo delgado con delgado, y así te puedan sentir y gozar; a los cuales tanto más delgadamente tocas cuanto por estar ya adelgazada y pulida y purificada la sustancia de su alma, enajenada de toda criatura y de todo rastro y de todo toque de ella, estás tú escondido morando muy de asiento en ella.

§ 0

En éstas el alma estancada, queda terrible y sólidamente en ellas ordenada como haces de ejércitos (Ct. 6, 3) y suavizada y agraciada con todas las suavidades y gracias de las criaturas.

§ 0

Pero será la duda: ¿cómo puede sufrir el alma tan fuerte comunicación en la flaqueza de la carne, que, en efecto, no hay sujeto y fuerza en ella para sufrir tanto sin desfallecer? Pues que, solamente de ver la reina Ester al rey Asuero en su trono con vestiduras reales y resplandeciendo en oro y piedras preciosas, temió tanto de verle tan terrible en su aspecto que desfalleció, como ella lo confiesa allí (Est. 15, 16), diciendo, que por el temor que le hizo su grande gloria, porque le pareció como un ángel y su rostro lleno de gracias, desfalleció; porque la gloria oprime al que la mira, cuando no glorifica (Prov. 25, 27).

§ 0

Pues, ¿cuánto más había el alma de desfallecer aquí, pues no es ángel al que echa de ver, sino Dios, con su rostro lleno de gracias de todas las criaturas, y de terrible poder y gloria y voz de multitud de excelencias? De la cual dice Job (26, 14), que cuando oyésemos tan mala vez una estila, ¿quién podrá sufrir la grandeza de su trueno?; y en otra parte (23, 6) dice: No quiero que entienda y trate conmigo con mucha fortaleza, porque por ventura no me oprima con el peso de su grandeza.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Noche Oscura

§ 1.8.2

La primera purgación o noche es amarga y terrible para el sentido, como ahora diremos.

§ 1.11.4

Por el cual camino, por ser tan estrecho, oscuro y terrible (que no hay comparación de esta noche de sentido a la oscuridad y trabajos de aquélla, como diremos allí), son muchos menos los que caminan por él, pero son sus provechos sin comparación mucho mayores que los de ésta.

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Otras del mismo a lo divino

    

Juan de la Cruz (1542-1591)    Que va por super flumina



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